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Con arraigo hasta los













                    lumnos del Plantel 1 El Rosario explicaron
                    el  significado  de  la  muerte  y  decapitación   La entrada al Mictlán
              Ade los sacrificios al Sol en las civilizaciones
              mesoamericanas: las cabezas eran colocadas en hi-                (Fragmento)
              leras, formando así los llamados tzompantlis como
              una ofrenda a Huitzilopochtli, dios de la guerra.   Dicen que cuando las ruedas de tu vida se cierran
              Los mexicas creían que al morir se emprendía un   se acabó tu estancia en esta tierra,
              viaje sin retorno a la región de los muertos: el Mic-  las puertas del Mictlán se abren
              tlán, gobernado por el dios Mictlantecutli. Con esta   exactamente donde se te cerraron las ruedas.
              visión, el 31 de octubre, la Academia de Filosofía
              instaló su ofrenda.                               Dicen que hay que entrar sonriendo a esa puerta,
                                                                pues de nada vale reír o no reírse,
                                                                pero es mejor llegar feliz al Mictlán,
                                                                que llegar ya muerto.
                                                                                       Mario Ramírez autor




                                                               Tania Monserrat Mendoza Zuart y Renata Pérez
                                                             González, alumnas de quinto semestre, explicaron a
                                                             la comunidad que tzompantli proviene de las palabras
                                                             nahuas tzontli, que significa “cabeza” o “cráneo”,
                                                                                y  pantli que quiere decir
                                                                                  “hilera” o “fila”. Apunta-
                                                                                    ron que en México descu-
                                                                                    brieron tres de ellos: uno
                                                                                     en Chichén Itzá, 1950;
                                                                                     otro en Tula, 1970,  y
                                                                                         el conocido como
                                                                                         huey tzompantli o
                                                                                           gran tzompantli,
                                                                                           en 2015.


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